Por Andrés Timoteo
CUIDANDO LA RETAGUARDIA
En la sesión virtual que el congreso veracruzano celebró para aprobar la Ley Nahle hubo tres diputados “de oposición” que se sumaron a la mayoría morenista, dos panistas y un experredista-neopanista. Dos de ellos son de la zona centro, la comapeña Nora Jessica Lagunes Jáuregui y el coscomatepecano o sanjuanero Hugo González Saavedra que hicieron equipo con el misanteco Othón Hernández Candanedo.
Ya la dirigencia estatal de Acción Nacional anunció el proceso de expulsión partidista de Lagunes y Hernández mientras que a González Saavedra solo lo echarán de la fracción legislativa ya que él no es militante. Lagunes asegura que acudirá a los tribunales si la expulsan del blanquiazul y defendió su voto a favor de la Ley Nahle. Es más acusó a la dirigencia de su partido de usar de forma maniquea un “panometro” (SIC) para medir quién es y quién no panista.
Vaya con la señora pues sin ese “panometro” todos conocen sus derivas y devaneos que son públicos y muy notorios. Ella es -según cuentan todos en los pasillos legislativos – una de las parejas sentimentales del morenista Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política y junto con quien ha hecho negocios fabulosos con el erario público.
Su desempeño legislativo está amarrado a ‘los dictados del corazón’. En pocas palabras, el señor de la casa es quien le ordena cómo votar. Desde la legislatura pasada, Lagunes Jáuregui ha respaldado todas las iniciativas de Morena sin pudor ni justificación y por eso desde hace tiempo se ganó a pulso que la definan como una de las panistas más morenistas de todo el estado.
Actualmente, la comapeña Lagunes tiene un pleito contra la administradora del Poder Judicial, Joana Bautista porque ésta se negó a entregar contratos millonarios a empresas recomendadas, y entonces emprendió una campaña de ciber-acoso en las redes sociales con el apoyo del aparato mediático del área de comunicación social del congreso veracruzano.
Por si fuera poco, la señora también es colaboracionista del régimen marrón a fin de blindar a su hermano Gabriel Lagunes, actual presidente municipal de Comapa y quien está robando a manos llenas en aquel pueblo, como aseguran los mismos lugareños, pero es intocable porque es el cuñado del mandamás del parlamento que maniobra para la fiscalización no lo alcance.
Otro que también cuida la retaguardia es Othón Hernández quien fue alcalde de Misantla. Hoy su hermano Javier Hernández tiene el cargo edilicio -llegó abanderado por Morena- pero como se odian ha prometido meterlo a la cárcel y lo ha llamado públicamente como “el peor ladrón que ha tenido Misantla”. ¿Por qué no ha prosperado ninguna investigación judicial en su contra pese a que lo acusa un morenista? Por su comportamiento como el del martes con la Ley Nahle.
González Saavedra también está cuidado las espaldas -y el trasero – de su hermano Serafín González, exalcalde de Coscomatepec y quien ha sido definido por los propios sanjuaneros como uno de los ediles “más ratas” que haya tenido aquel municipio. No hay denuncia ni investigación judicial contra el motejado “Será-Ruin” González porque el hermano le compró impunidad con su voto en el congreso local a favor de los proyectos morenistas. Los González Saavedra le hacen honor al otro apodo con que se les conoce: Los hermanos cara-dura.
Tampoco hay que desoír que que ese trío es el retazo legislativo del grupo que lideró Joaquín Guzmán Avilés en el panismo veracruzano. El tantoyuqueño fue echado de la dirigencia estatal, pero dejó a esos tres para jorobar las decisiones a su sucesor, Salomón Molina. En fin, la votación a favor de la Ley Nahle de parte de Lagunes, Hernández y González no es porque sean demócratas, incluyentes y nada chovinistas sino porque obedecen órdenes de los mandamases del morenismo y también aquellas que se desprenden de las alcobas del poder.
LA FALSA COMPARACIÓN
Hay quienes hacen una comparación entre el enjuague legislativo para que la zacatecana Nahle pueda ser postulada como candidata a la gubernatura de Veracruz con el revés judicial que recibió el boqueño Miguel Ángel Yunes Márquez en el 2021 que le impidió competir por la alcaldía porteña. Alegan que el régimen morenista aplica dos raseros a la misma situación. No hay tal.
A Yunes Márquez no se le violó el derecho de ser votado ni se puso en tela de juicio su calidad de veracruzano. El entuerto legal -que el mismo propició – tuvo que ver con la residencia efectiva y no con la natalidad. A sabiendas que no cumplía con el tiempo de residencia en el puerto de Veracruz, el boqueño se quiso pasar de listo y le otorgó a sus detractores un ariete con el cual lo acorralaron y lo vencieron.
El caso en la palestra no es de residencia sino de imposición y menosprecio a los ciudadanos veracruzanos. Un grupo de morenistas maniobra para que un personaje ajeno a la entidad pueda llegar a gobernar a la entidad. El cuitlahuismo les cerrará las puertas a los ciudadanos y ciudadanas locales para imponer a una señora vendida de Río Grande, Zacatecas. Ese es el meollo que no tiene rasero con el ‘estate-quieto’ que hace un año le pusieron al boqueño Yunes Márquez que pretendió burlar la ley.
MONO DE FERIA
Siguiendo con los ladinos, al panista Hipólito Deschamps lo quemaron en Medellín de Bravo durante la Feria del Mango. Algunos culpan al actual edil, Marcos Isleño, de estar obsesionado con su antecesor y ordenar que lo representaran en un monigote de papel para incinerarlo. Será el sereno, pero hay que reconocer que Isleño tuvo más tamaños que los blandengues organizadores del Carnaval de Veracruz que se mueren de miedo si en la Quema del Mal Humor se ocupan de actores políticos que se han portado mal con el pueblo.
A Deschamps lo representaron magistralmente. Es más, el mismo exedil comentó en redes sociales que el monigote era tan parecido a él que felicitaba al ingenioso artista medellinense que lo hizo. Es cierto, era tan idéntico sobre todo en la enorme cola ratuna que le pusieron. Se sacaron un diez los artesanos. Y la moraleja de esto es que como alcalde Hipólito Deschamps no hizo nada bueno por los medellinenses y se la pasó bailando en el TikTok, ahora los afectados se la cobraron al colocarlo en el lugar histórico que le corresponde: un mono de feria.
*Envoyé depuis Paris, France.